Después de dos días de descanso tras la Media Maratón del Domingo ahora soló me quedan todos los recuerdos vividos, las conversaciones durante la carrera, los ánimos del público que estaba en la calle, los grupos de música que había durante todo el recorrido, la llegada a meta, el abrazo de Marcos una vez cruzada, el enhorabuena de la chica que me entrego la medalla y sobre todo el beso de mi mujer.

Hoy queda poder volver a revivir esos recuerdo con las fotos y vídeos. Volver a sentir el momento de la salida, el minuto de silencio, los gritos de aliento al cruzar la salida, no podré olvidar esos primeros metros de charla con Marcos, comentando como tenemos que ir los primeros 5 kilómetros de la subida hasta Plaza Castilla.

Recuerdo a todos aquellos voluntarios que una y otra vez nos preguntaban sí queríamos réflex o vaselina, también aquellos voluntarios enfundados en esa camiseta rosa de la organización que nos ofrecían agua, sobre todo el detalle de aquella chica que me entrego la botella sin tapón.

También no se me borra de la cabeza la imagen de dos chicos en silla de ruedas tirados por unos valientes corredores que te pedían por favor que hicieras hueco para pasar.

Los momentos de aliento que pude vivir en cada paso donde había pequeños grupos tocando en directo, levantar los brazos gritando "vamos", por que aunque ellos no corrieron, eran parte de cada uno de nosotros, no olvidare aquella canción de Deep Purple en el kilómetro 10, que subidón fue escuchar el Highway Star.

La llegada a cuatro caminos fue especial toda la plaza abarrotada, entregada a cada corredor aplaudiendo y animando, también ambientada con otro grupo de música gallega, donde no se me pudo escapar esa música con tonos folk.

También el momento del kilómetro 16, cuando los compañeros del maratón tomaron su desvío para seguir su ruta de 24 km, el momento de soledad en la calle Sagasta, el silencio que se vive al casi no tener fuerzas para hablar, la poca gente en la calle, en esa amplia avenida solo para nosotros.

Pero sin lugar a dudas el mejor momento que recuerdo con emoción, es coger Serrano y ver a lo lejos la Puerta de Alcalá, en ese momento me corrió una energía por el cuerpo, la cual sólo me pedía correr y correr más, estaba lleno de energía, casi podía escuchar a la gente que abarrotaba el retiro, en ese mismo moento  yo ya había ganado la Media Maratón, el sueño estaba a tan sólo dos kilómetros y ya estaba pensando en el siguiente sueño.

No olvidaré esas sonrisas de todos los compañeros que llegaban a meta, tampoco a todos aquellos que con una sonrisa te entregaban agua y comida, la chica que nos hizo una foto con la medalla puesta y que nos despidió con un gracias, el salir del recinto y que me esperara el beso y el abrazo de mi mujer, el momento de decirla como me he sentido, contarla todas mis sensaciones y experiencias, los enhorabuenas de todos mis amigos que los llevo grabados en el corazón.

Hoy es un día para recordar y para pensar en volver a repetir otros momentos parecidos a los del domingo, por que cada carrera, cada situación, cada momento es único y estoy orgulloso de poder seguir viviendo momentos como el del domingo.

Ahora os dejo un vídeo de lo que fue la carrera del domingo y siempre seguir corriendo por vuestros sueños.