miércoles, 16 de octubre de 2013

RedBull7Islands y Josef Ajram


Ayer por la noche después de un duro día en el trabajo y psicologicamente apagado, me sorprendió la noticia de que Josef Ajram había abandonado el RedBull7Islands. Los motivos esta vez no eran fisicos, si no psicológicos. La mente le dijo basta, no pudo con la presión y responsabilidad que tenía sobre sus espaldas para superara este reto. He estado más de un año preparándome. Me he dedicado en cuerpo y alma a este reto  entrenando un promedio semanal de más de 23 horas. Físicamente me encontraba y me  encuentro bien pero no he sido capaz de disfrutar de la prueba en ningún momento. Esas fuerón las palabras que Josef Ajram dijo al abandonar.

Ayer no paraba de pensar en ello, si un hombre mentalmente y fisicamente preparado como Josef, abandona el reto por el que se ha preparado durante todo el año, por el que ha sacrificado tiempo, ganas y esfuerzo, ¿porque no abandonar nosotros nuestras metas, nuestros propios sueños? ¿merece la pena el sacrificio? ¿el esfuerzo? ¿Josef de verdad llego tu limite?

Hoy me he dado cuenta que todo eso merece la pena, que los sueños nunca tenemos que abandonarlos incluso una vez cumplidos tenemos que soñar más, tenemos que dejar los limites a un lado y sentirnos libres. Yo ayer mentalmente tuve unos de los peores días de lo que va de año, los golpes que la gente te da, psicologicamente te pueden llegar a undir, ayer soporte un ataque injustificado, un golpe que me dolió más que la propia caida de este fin de semana bajando el pico de Abantos. Ayer me sentía hundido por una persona, por unas frases. ¿podría una persona apagar mis sueños, cuando los kilometros no pueden?.

No, hoy os dijo que no es así, hoy te dijo Josef que La Gomera no te puede hacer parar. Hoy se que voy ha conseguir hacer cosas importantes, que nadie más me va ha pisar mis ilusiones ni mis sueños, que apartaré de mi camino a quién me impida ver mas allá, que mi mente y mi corazón quiren más. Josef, mi Gomera, mi ironman, todos los días me recuerda, qué cosas no puedo hacer, cuándo las puedo hacer y cómo las tengo que hacer, pero yo superaré esta Gomera, yo nadaré por sus aguas, recorrere esos 180km en bicicleta sorteando cada repecho de mi camino, cogeré con más fueras mis zapatillas y correré esos 42km para superar mi meta. Mi Gomera no me va a parar, este ironman no será facíl pero podré con el, me lo debo a mi mismo y a la persona que esta SIEMPRE a mi lado, apoyandome en todo lo que me propongo.

Desde aquí te doy mi apoyo Josef, no te rindas y intenta las veces que sea el RedBull7Islands y todos los retos que no puedas conseguir, nunca dejes de disfrutar de hacer lo que haces, nunca sientas presión, pues al único que puedes defraudar es a ti mismo.

Otra meta más


Después de dos días de descanso, hoy por fín puedo relataros mi experiencia en mi primera carrera de trail, la Guadarrama Trail Race.

Tengo que reconocer que cuando me apunte este verano me llamaba muchísimo la atención esta carrera, tenia muchas ilusiones y ganas puestas para mi primera experiencia trail, pero según se iba acercando el día empezaban los problemas. Primero con el cambio de fecha, apenas si avisar a los inscritos, si no es porque entré en su página web para descargar el trayecto en mi Garmin, no me habría enterado hasta el último día.
Depués del cambio de día llego otro más y todavía no habiamos empezado, la cosa ya apuntaba un poco mal. El recorrido cambiaba por motivo de permisos en el Ayuntamiento de Guadarrama ya que según pude escuchar en "A tu ritmo" (programa de radio sobre runners), no sabían nada de que hubiera una carrera que pasara por el centro de Guadarrama. Con lo cual la carrera cambiaba su recorrido, saldríamos del Escorial, subiríamos al puerto de Abantos y volveríamos a la meta en el mismo lugar de la salida. Este cambio repercutiría en la distancía, lo que al principio iban a ser 16 km, se convertián en 18 y al finalizar la carrera fueron algunos más.

Más allá de la polémica con los cambios de recorrido y de día, llego el momento de recoger nuestro dorsal en un conocido bar de madrid, el Marca Café. Al llegar allí para recoger el dorsal, no se vivía ese ambiente característico de una carrera importante como se presuponía que era la Guadarrama Trail Race.

Una vez la bolsa del corredor en mi mano, sentí que la organización empezaba con mal pie. El contenido de la bolsa era escaso, camiseta, dorsal, chip y nada más. Desconozco si en las bolsas de corredores de mayores distancías contenian algo más, tampoco es que ese sea un problema pero es un detalle más de los muchos que no hubo en la carrera.

A las 8 de la mañana del dia 12 sonó el despertador para ponernos en pie y prepararnos para la carrera. La carrera de 18 km comenzaba a las 11:00 de la mañana, así que tenía tiempo para desayunar bien he ir con tiempo a El Escorial.

Con toda la equipación preparada y listos para empezar, llegué a la linea de salida del Escorial junto con Virginia mi mayor seguidora y pieza fundamental en todas las metas que me propongo. La mayor sorpresa que me lleve es la poca gente que había, creo que por los diferentes cambios de día y recorrido, faltó mucha gente por asistir a la carrera.

A las 11:00 en punto el speaker de la carrera nos dió el pistoletazo de salida y así comenzó unas de la metas mas duras para mi hasta ese momento, 18 km con un desnivel de 1000 metros y un terreno desconocido para mi.
Tras avanzar el primer kilometro bordeando el Monasterio de El Escorial y cruzar el arco de salida del casco antiguo, nos dirigimos hacia la salida de la ciudad para encontrarnos con la primera dificultad y unos de los muchos errores de la organización. Para comenzar con nuestra subida hacia el pico de Abantos, teníamos que sustituir el asfalto por la tierra de los caminos y ese paso era exactamente de 1 metro de ancho, teníamos que atravesar una especie de vallado donde sólo había un camino de 1 metro para pasar, lo que provocó un efecto embudo y que muchos corredores saltaran la valla por encima o incluso en algunos puntos donde habia hueco para pasar por debajo, se arrodillarán y arrastrarán como si fuerán pruebas del ejército.
Después de cruzar el embudo, empezamos a subir y a lo que realmente veníamos hacer, a sufrir, disfrutar y vivir la experiencia del trail. Los primeros metros empezé con fuerza subiendo dando pasos cortos y rápidos guardando fuerzas y pensando que este era el principio y que me quedaba mucho por subir.
La pendiente se hacia más dura y lo que al principio era subir corriendo con pasos pequeños, se convertía en parar subir andando con buen ritmo y apoyando las manos en las rodillas para hacer fuerza y no bajar mucho el ritmo. En los tramos donde la pendiente suavizaba, es cuando podía retomar el ritmo de carrera y siempre respetando a los compañeros de viaje que tenía por delante, no poniendo en riesgo su ritmo ni molestándoles. Pero aquí llego una vez más otra situación que no me podía creer que pasara en una carrera como ésta. No tengo nada de experiencia en carreras de trail pero no creo que fuera muy normal que por el mismo camino donde más de 200 corredores ascendiamos dirección Abantos, muchos ciclistas de mountain bike bajarán por ese mismo camino. Con cara de sopresa algunos ciclistas se paraban para dejarnos paso y otros sin embargo, pasaban siguiendo su ruta y así provocando que nosotros nos pararamos o desviaramos ligeramente de nuestro camino.

El camino no dejaba de subir y yo empezaba a notar lo duro que es esto. Llegué al paso de los 6 km donde encontramos el primer puesto de avituallamiento, yo no tomé nada, llevaba en mi mochila Salomon dos bidones de agua para llegar hasta el siguiente avituallamiento en la cima de Abantos a 11km.
Pasado el avituallamiento, tomamos un camino un poco más favorable donde al ser asfalto nos encontramos con vehículos subiendo y excursiones de niños.
Después de un desvío hacia la derecha retomamos la subia Abantos, con repechos durísimos y muy técnicos donde ya las fuerzas flaqueaban y éramos poco los que en algunos tramos nos atreviamos a trotar para adelantar posiciones. Las distancias entre los corredores ya eran considerables, lo que al principio parecia una fila india perfectamente alineada, ahora se convertía en metros de distancia entre cada corredor.

Guardando fuerzas para la bajada llegue hasta la cima de Abantos y alli otra sorpresa... Donde se suponía que debería haber un punto de avituallamiento de agua y comida, no habia nada de nada y ahora quedaban alrededor de 8 kilometros de bajada.
Pero aún así no podia dejar de maravillarme con las fantásticas vistas de Madrid desde la cima de Abantos, me permiti el lujo de estar durante un minuto, cogiendo aire y disfrutando de ese momento, no iba a ganar esa carrera así que pretendía disfrutar de cada momento y despues de la durísima subida era un buen premio el poder estar unos segundos disfrutando de las vistas.

Comence la bajada tranquilo y no era para menos, ya que el camino era muy técnico. Los primeros metros fuerón de tanteo y donde algún que otro tropezón me hacían entender que esto era peligroso y que no hay que jugarsela bajando como locos. Paso a paso fuí haciendome con el camino con mucho respeto y con una sensación increíble, ahora sí tenia la sensación de estar en una trail de verdad. 
En un tramo donde seguía a una serie de 9 corredores, llegó un momento donde se pararón indicando que el camino que estamos siguiendo no era el correcto, tuvimos que retroceder y buscar la baliza que nos indicara el camino correcto. En esa búsqueda tropecé y caí golpeándome ambas rodillas, el costado y el hombro izquierdo. Me levanté lo más rapido posible eso si, con la preocupacion de los demás corredores, y continuamos el camino dirección El Escorial.

Durante toda la bajada tuvimos muchos problemas a la hora de localizar las balizas, aquí es donde la organización fallo gravemente, no se puede organizar una carrera y dejar "a la mano de Dios" que los corredores que pagamos por participar, tengamos el riesgo de tomar caminos equivocados.

Al llegar al final de la bajada por tierra y retomar las calles de El Escorial, volvemos a la misma situación de antes. Ninguna indicación, ninguna calle cortada, coches pasando alrededor nuestro, incluso haciendonos parar y rompiendo el ritmo. Ese ritmo que llevamos en los últimos metros y que después de una carrera tan dura sólo estás pensando en pararte. La entrada a meta fue todavía más frustante, alrededor del Monasterio muchos turistas que te impedian el paso, caravanas de coches pasando por la calles, todo una malisima y decepcionante organización que si no cambia nada, no pienso repetir.

Con lo único que me quedo de toda este experiencia es que depués de una carrera muy dura y técnica, depués de una caida que pude hacerme mas daño del que me hice, consegui cruzar la meta, emocionado por haber conseguido otra más, por haber conseguido superarme otra vez más, eso es lo mas importante de cada carrera, de cada día que salgo a entrenar, la satisfación de conseguir lo que me propongo es la mayor medalla que me puedo colgar en el pecho.

Como he dicho la Guadarrama Trail Race fue una carrera con muchas espectativas y muy decepcionante, pero yo solo me quedaré con los momentos buenos, esos que no se me borraran de la mente ni del corazón y ahora solo queda pensar en la siguiente meta, el siguiente reto.